lunes, 15 de abril de 2019

Una vez hecha ya la práctica de escalada y orientación, me gustaría hacer una reflexión personal sobre ella, ya que no fue lo que esperábamos, sino algo mucho mejor.
Así, me gustaría empezar dándole las gracias a nuestro profesor Don Alberto por llevarnos al rocódromo de Jaén, ya que en él pudimos poner en práctica lo trabajado durante tiempo anterior. Además, también a Mariano, nuestro profesor durante aquel día, ya que sin él esta excursión no hubiese sido posible. Por ello, me gustaría agradecerle a ambos la colaboración y su esfuerzo por este trabajo.
Ahora sí, y comenzando con ello, en primer lugar, me llama la atención nombrar nuestra cara al llegar allí, ya que nos encontramos un rocódromo algo difícil e incluso alto, por lo que justo al llegar nuestro rostro cambió y nuestras primeras palabras fueron: ¡YO ESO NO LO HAGO! NI LOCA VAYA! Ahora, podría decir que todo aquello fue tan solo la percepción que tuvimos, ya que cada uno de nosotros lo intentamos y ninguno salimos con una mala cara. Esto quiere decir, que todos estábamos orgullosos de nuestro trabajo y de haber acudido allí. Pudimos trabajar como aseguradores, pero además, como escaladores. Para mí, acudir a aquel lugar fue un éxito, pues es una situación bastante distinta a la que nos habíamos enfrentado en el instituto con las espalderas. En aquel rocódromo realmente se te presentaban miles de dudas y decisiones para tomar. ¿Me voy por aquí o por allí? ¿Pero cómo voy a ser capaz de poner ahí el pie? ¡Madre mía, en la que me he metido! ¡Si lo llego a saber no vengo! Estas expresiones eran las únicas que salían por nuestras bocas, además de muchas otras malas, pero realmente fue inexplicable. Allí disfrutamos de la escalada, aprendimos muchas otras cosas sobre materiales y esta práctica deportiva en general.

Personalmente, y sinceramente, creo que si no lo hubiese intentado, me hubiese arrepentido, pues fue una experiencia bastante exitosa, e incluso inolvidable. Yo, no llevo a la práctica esta modalidad deportiva, y creo que todos mis compañeros tampoco, por lo que creo que fue un punto a favor para este curso, ya que hemos tenido otro experimento, uno más de todos los que nos quedan. Una felicidad más vivida, un intento más, un arriesgo más. Me gustaría repetir este momento con cada una de las personas que lo viví, pues si es verdad que al final se me hizo hasta cortito gracias a ellas, y sin duda, afirmo que no hubiese sido lo mismo si me hubiese faltado alguna de ellas.
Por otro lado, también decir que hicimos orientación para completar el día. Esto fue otra pasada, ya que era un sitio desconocido y no sabíamos ni que hacer con nuestra vida. Vimos la realidad, pues nos enfrentábamos a una circunstancia muy diferente, en la que solo poseíamos un mapa, e incluso una brújula. Locos perdidos corrimos por aquel lugar, pero la verdad es que mereció mucho la pena.
Además, en esta práctica se notó el compañerismo. Entre todos nosotros nos ayudamos a llegar al mismo número de puntos, para que así nadie ganara ni perdiera, lo cual es un acto bastante bonito. Me quedo con cada uno de los momentos vividos durante aquel maravilloso día, ya que conocimos la realidad de la vida desde esas perspectivas y eso ya es difícil de ver. 
DESCRIBIRÍA ESTA EXCURSIÓN, PERO NO EXISTEN PALABRAS PARA ELLO.